Espejo de pie
Un espejo de pie de cuerpo entero es una buena idea por varias razones. La primera, y más obvia, para poder vernos el look completo y no andar dando saltos para ver cómo nos quedan los pantalones. En este sentido, contar con un espejo de pie en la entrada (que es también salida) o en el dormitorio, es muy buena idea.
La segunda es que multiplica la luz de la habitación. Cualquier espejo lo hace, me dirás. Y es verdad, pero el espejo de pie, al ser alargado, funciona muy bien para esto, además de que si lo inclinamos contra la pared, crea una sensación óptica de techo alto, ideal cuando vivimos en una casa con los techos bajos.
Y es que por supuesto, podemos colgar el espejo en la pared, o elegir un espejo de pie con soporte (que técnicamente son los espejos de pie reales), pero lo que es tendencia es dejar los espejos apoyados informalmente contra la pared.
De hecho, no es algo propio solo de estancias con una decoración moderna y desenfadada, si no que también lo encontramos en habitaciones de decoración clásica o rústica. Eso sí, siempre debemos elegir el espejo adecuado.
Es muy buena idea también cuando vivimos en un piso alquilado y el propietario es tiquismiquis. ¡Nada de crear agujeritos en la pared!
Eso sí, no lo recomiendo en casas con niños, a menos que se fije de alguna manera el espejo a la pared.
¿Vemos algunos ejemplos de decoración con espejos de pie apoyados sobre la pared?
Fantástico espejo de madera maciza para comedor rústico.
Un espejo clásico extra-grande remarca la sensación de «grandeur» de este cuarto de baño.
Para un salón simple y moderno.
Una idea original: apoyar el espejo de pie sobre unos libros para conseguir más perspectiva en la imagen.
Un espejo de pie redondo parece no tener mucho sentido… más que el decorativo.
¿Te animas a poner en tu casa un espejo de pie apoyado contra la pared?
Fotos vía: Decor8, Apartment Therapy, Jordan Guide Design, Pottery Barn, Freshome y Cattelan